sábado, 29 de septiembre de 2007

Pitágoras, Sócrates, Aristóteles y Platón

Así, el ser humano tiene un objetivo en la
vida, y es liberarse de la corrupción del cuerpo y convirtiéndose en un espíritu
puro, volver a unirse con el espíritu divino al cual pertenece.

Pitágoras, Sócrates, Aristóteles y Platón; cuatro filósofos griegos del siglo IV antes de Cristo. Consideraban que si el ser humano tiene un alma inmortal, pero concluyeron que la vida de los seres humanos era demasiado corta, así que, para darle más temporalidad a los seres humanos, consideraron como una realidad de reencarnación. Es decir, que al momento de morir un ser humano su alma reencarnaba en un ser viviente. Pitágoras era un genio matemático y un filósofo que fundó una hermandad religiosa más que una escuela filosófica. Los pitagóricos creían en la inmortalidad del alma y en su progreso a través de sucesivas reencarnaciones no solo en cuerpos humanos, sino, también en los animales; por eso los pitagóricos se abstenían de comer carne, porque la bestia o el pájaro que uno come quizá estuvo animado por el alma de un antepasado propio. Así, el ser humano tiene un objetivo en la vida, y es liberarse de la corrupción del cuerpo y convirtiéndose en un espíritu puro, volver a unirse con el espíritu divino al cual pertenece.
Esencialmente hasta que el espíritu no se purifique por completo debe pasar por una serie de transmigraciones, de un cuerpo a otro.

En el Antiguo Testamento, en el génesis se dice que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios al que le dio parte de su divinidad, proporcionándole un alma inmortal, y por lo tanto, eterna; aprisionada en el cuerpo temporal y perecedero.

Jesús predicó la inmortalidad del alma y aseguró que esta no muere con el cuerpo, sino que, por el contrario, la muerte es el nacimiento del alma a la vida eterna, a estar en presencia de Dios, y si lo merecemos, disfrutar eternamente de la felicidad. La que podemos alcanzar si nos comportamos y vivimos de acuerdo con la doctrino de Jesús.

Invierno del 2005 Raúl Zepeda Chanona

Bienaventuranzas

Son de espíritu pobre: Los pacientes, Los tolerantes. Los de corazón puro. Los que no buscan solamente el éxito, el dinero y comodidades.

Jesús, en una de las ocho bienvenaventuranzas dijo: “ bienaventurados los de espíritu pobre, porque de ellos es el REINO DE LOS CIELOS.
Son de espíritu pobre: Los pacientes, Los tolerantes. Los de corazón puro. Los que no buscan solamente el éxito, el dinero y comodidades. Los que lloran. Los que necesitan de Dios y de los demás. Los misericordiosos. Los que controlan la ira y no se exaltan y pierden la cordura insultando a las personas, o agrediéndolas físicamente. Los que perdonan a los que los han ofendido”.
Si tu no tienes alguna de las características de los de espíritu pobre, no pierdas tiempo y empieza, de inmediato, a empobrecer tu espíritu; para que sea tuyo el Reino de los Cielos, ofrecido por JESÚS.

Primavera del 2005. Raúl Zepeda Chanona.

¿Cómo es Dios?

...Jesús nos pidió que vivamos en paz,
tolerando, respetando, perdonando y amando a nuestro
prójimo...



Los judíos que escribieron el Antiguo Testamento, describieron al antiguo Dios de Israel, como un Dios cruel e implacable que contabilizaba las faltas de los judíos y se vengaba de ellos castigándolos hasta la tercera y cuarta generación; En otras palabras, según el Antiguo Testamento Dios es cruel, vengativo e implacable.
Muy diferente al Dios de JESÚS de Nazaret, a quién Él llamó padre; que es Dios muy superior a cualquier espíritu humano, demasiado amoroso para no recordar las faltas de sus criaturas y siempre dispuesto a perdonarlas sin castigo alguno.
Después de JESÚS surgió el cristianismo como religión y se formaron diferentes iglesias cristianas; posteriormente de esas iglesias se formaron sectas practicantes del cristianismo con diferentes variantes.
Dos mil años después de CRISTO, los clérigos de esas iglesias y sectas han desvirtuado las enseñanzas y doctrina de JESÚS de Nazaret. Olvidando por completo que Él vivió humildemente, perdonando a los pecadores, curando y dando amor a raudales. Y nos pidió que vivamos en paz, tolerando, respetando, perdonando y amando a nuestro prójimo ¡VIVAMOS ASÍ!

POR: Raúl Zepeda Chanona 27/05/06